Intentar hacer una coreografía no es cosa fácil, demanda de tiempo, de crear los movimientos que representan el sentimiento a reflejar  en cada presentación. Determinar el ritmo y tema de una canción que  sirva de motivo de inspiración, requiere imaginación y trabajo.

¿Entonces cuáles serían los pasos para crear una?

Si quisiéramos comenzar por el principio, lo mejor sería plantearnos que es y como se hace  una coreografía de baile.

En este nuevo artículo te explicaremos un poco más a fondo.

¿Qué es una coreografía?

La coreografía es traducida como  escritura de la danza, es un término  que proviene del griego, también se le da el nombre de composición  y es el arte de combinar figuras o movimientos corporales sucesivos previamente organizados, en un perfecto orden concebido.

Para hacer una coreografía se utiliza una planigrafía y todo el proceso va a fluir ahí a partir de una serie de sistemas de anotaciones que permitirá anotar y definir sobre papel los movimientos, los pasos y las posiciones de la misma.

No solo se utiliza en la danza, también la coreografía alberga escenarios en la gimnasia rítmica, otras formas de arte y otros

Clase en ritmo cuba montando coreografía por parejas

Planificación: ¿Cómo hacer una coreografía de baile?

Para la creación de una coreografía hay que tener en cuenta que siempre se debe seguir un mismo hilo conductor desde el inicio hasta el final. Sin embargo, aspectos fundamentales para su planificación deben ser:  la elección del tipo de coreografía, ya sea grupal o en solitario, respetar la secuencia, el balance entre los movimientos difíciles y los simples, mantener la estética en toda la composición y el uso de la técnica deportiva en las figuras.

Por tanto, primero que todo se debe hacer una adecuada selección de la música y el género.

Pasos para crear una coreografía

  • Estudia la música elegida y no te enfrasques en iniciar por el principio
  • Cuenta la historia musical a través de tus movimientos.
  • Ten en cuenta el público y escenario
  • Práctica sin música, usa movimientos imaginativos.
  • Escoge otros estilos de baile, fusiona entre ritmos y técnicas.
  • Define cuáles son  los componentes más importantes de la coreografía y continua creando.

Elegir un estilo musical

Existen distintos estilos musicales como emociones sensoriales posibles,  por lo que valorar la riqueza que ofrecen cada uno de ellos, va a hacer más simple esta elección. Es común ver las agrupaciones en la danza, que  tienen como fundamento conservar distintos estilos, danzarlos.

El ballet o las danzas folclóricas de distintas regiones del mundo como el Mambo, por ejemplo, mantienen una misma base rítmica o pasos básicos que son obligatorios incluir a la hora de realizar alguna coreografía de baile.

Aunque tener en cuenta que salir de la zona de confort e intentar algo nuevo resulta un reto interesante, la fusión de géneros musicales, con elementos de la danza contemporánea, en ese sentido, no sería mala idea.

Escoge la canción

La letra de la canción que escojas te puede servir de inspiración, descubrirás la emoción que el artista ha puesto al componer el tema.

Empieza a estudiarla para así tener total seguridad que es la canción apropiada para  agrupar y dar forma a cada elemento de la danza. Definir los tiempos fuertes o débiles, determinar los cambos de ritmo, cuando y con qué frecuencia se producen.

Una alternativa sería seleccionar un pequeño número de propuestas de canciones entre uno o más bailarines, para  luego determinar la mejor opción.

Analiza y sumérgete en la canción

A la hora de escribir la música, cada nota escrita en el pentagrama lleva su cuota  de inspiración y en la danza sucede de igual manera porque cada movimiento es expresión de la propia inspiración. La manifestación de la música a través de la danza ha sido una práctica notoria en el mundo del arte y en la evolución del hombre.

Por lo que la planificación de una composición  no se concibe si antes, el coreógrafo o bailarín realice un análisis profundo de la canción.

Improvisa y define  los movimientos de baile

Ir más allá de simplemente crear movimientos basados en el ritmo de la canción, es un mérito codiciado. Si bien la coreografía determina en buena medida la garantía de éxito de una danza, la improvisación va a destacar y a sobrevalorar la calidad de ese producto artístico.

 Pues la improvisación es propia del talento y sucede de forma empírica, nunca va a ser del mismo modo. Esto significa que aunque la coreografía esté bien planificada, tenga una buena selección de la canción y género musical, aún puede ser objeto de improvisación si el contexto lo requiere y así se hace más auténtica.